Un lecho de azucenas, jazmines en un cirio
arrullos de palomas, adornando su nido
Un farol encendido, dos pechos afianzados
dos almas bien halladas, y el amor titilando.
Sonrisas en el cielo, resuellos excitados
despeinando la noche, en abrazos serranos
Dos cuerpos combatiendo, al filo de la noche
dos voces resolviendo, el enigma de su roce.
He de olvidar tu nombre¡
prendido de mi verbo
tallado en fino cobre
a la sombra de un fresno.
Voy a olvidar tus besos
sudando en las colinas
sellado en los avernos
lloró, la cuita mía.
Volcán enardecido
mirada iridiscente
de abrazo clandestino
en la noche celeste.
Pero ha sido ese viento
de celo inquisitivo
exaltando a la brisa
en su vuelo extendido.
Has tomado otra senda
en busca de otros campos
con brotes de camelias
y rosas en el canto.
Ya no sangra la herida
ya no lloran los lirios
marcharon con el viento
las huellas de tu olvido.
Bosteza la mañana
ceñida en fina seda
y al ritmo de una danza
derriba la pereza.
Sobre claros de nimbos
se esfuma ya la pena
y en versos coralinos
modela su poema.
Son versos sin demora
son ecos del silencio
con besos cristalinos
rimando junto al viento.
Veronica ©
Ya no busca a la luna en el poniente
ni en el vertice oval de sus latidos,
su sonrisa desterró allá en la nieve
la desciñe el alisio sin destino .
Ya se mece a la sombra del espanto
un búho se perfila en la penumbra.
y los rezos, enuncian en su salmo
que ha iniciado el viaje hacia la tundra
Ha partido, ya no está, ya se ha ido,
adonde habita el olvido, y la pena
concluye, unos lirios besan su nicho,
y en la noche, se encienden rosas negras.
Ya se apaga una diadema en el cielo
la inquietud se apodera, sin embargo
ahora duerme insurrecta en su cieno
prisionera en su manto calicanto.
Verónica ©
Vesánico lloro, acalló mi canto,
lágrima amarga, enlutó mi semblante
hoy la copla agria de mi desencanto
se mece insome, en notas discordantes
Cervatilla rendida , consentida
trofeo grácil , ambrosía a tus ojos
queriendo restañar tu acometida
cubriendo de violetas, mis enojos.
Ya no quiero tus besos de villano
ni el abrazo arrogante de tu mar
voy en busca de la paz en ese llano
extraviada, en tu cirios verdemar.
Verónica ©
