Este amor que vive, está condenado
a morir en la faz de mi desdén
con el grito mudo y amordazado,
en la pálida ruta del andén.
Nunca volverá a germinar alado,
se meció al último rezo con su amén,
con la ola del abandono angustiado,
mutando la flor pura del edén.
Ya nada queda!, nada hay!, solo rocas,
pigmentando la caricia feroz
del olvido, en las hojas del jazmín.
Y el letargo sombrío de mi boca
amanecerá altanero, con voz
en la insigne amapola del jardín.
Hace 9 meses
13 dejaron su eco:
A veces es mejor dejar que corra el agua....
Linda semana
Verónica
¡¡Déjala correr y vive!!
Besos.
Pues sí, "agua que no has de beber, déjala correr" Pero cuesta.
Saludos cordiales.
Un hermoso poema, aunque su contenido sea triste, literalmente
precioso, te felicito amiga hasta tus letras tristen suenan muy bien.
Un gran abrazo feliz semana.
Ayer amor y pasion, hoy desamor,así es la vida, hoy una cosa y mañana otra...un besote
Siempre es mejor..........pero no deja de ser dificil.
Un abrazo grande para ti.
mar
Un amor condenado, más que un amor es una maldición.
Besos
Aunque sea una imagen profundamente triste, casi desasosegante, me ha gustado ese "letargo sombrío de mi boca".
Que estés bien. Un abrazo, Verónica.
La insigne amapola del jardín" bellos versos plagados de imágenes donde reina la pura poesía, querida verónica.
Felicidades.
Besos. María.
Verónica,
um triste entardecer, mas que nas tuas palavras têm um sentido de águas calmas, reencontrado a paz.
bj
que sentido soneto Verónica querida, a veces el amor se nos queda habitçandonos cuando el otro decide irse
besitos y buena semana
Dejarlo ir, suavemente, sin desesperacion, y los sentires se aclaran y surgen con nuevos colores.
Cariños
Mucha nusicalidad y armonía en tus versos. Me ha gustado visitar tu espacio.
Saludos
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