Latido y corazón
se vuelven a encontrar
se consagran las manos,
un rezo sin altar.
Aunadas las fronteras
cruzaron el ancho mar
renació la confianza
con besos de azahar.
Dulce viento, con lirios
rojos por cultivar,
germina la fé púrpura,
en el alma sin lar.
Traes la melodía
del brioso palpitar
adornando la noche
con tu dulce cantar.
Tu mirada perfuma
la rosa en mi versar
con tus ojos gozosos
me vuelves a embriagar.
Florece la sonrisa
cuando siento tu llegar
acelera tu paso
y vamos a bailar.
Que la noche aún es joven
y podemos danzar,
con las olas celosas
que miran sin parar.
Al calor de tus brazos
ya quiero respirar
y en un beso robado
elevarme y volar.
Abrázame y oirás
el cielo susurrar
Abrázame y verás
el día despertar.
Sonrío...
Verónica ©
19.01.11
