El tiempo pasa, con su huella silente
atrapa las horas con sus segundos,
desbordando las lágrimas dolientes
lacerando, transformando, su mundo.
Las nieblas se confunden al poniente
los céfiros oscilan moribundos
la luna se adormece por oriente
y el tiempo cae, en un sueño profundo.
Cansada el alma, se ahogan silencios
solo el trino de un jilguero acompaña
se vistes los campos, y ella, desnuda.
Desnuda de besos, versa poesía,
son letras que nacen de sus entrañas
con el canto gastado que no ayuda.