Allá, más allá de las estrellas,
le espera, entre amapolas y rosas,
plasmando risas en la tarde bella
mientras le acerca sus manos curiosas.
Acariciando esos ojos con destellos
susurra mil te quieros a ese viento,
que se posa en sus oscuros cabellos
desordenando aquellos pensamientos.
Descansa su cansancio en ese prado,
besa la ilusión del amor eterno,
meciendo lunas en sus brazos alados.
El tiempo pareciera silenciado
fenece la tarde en el frío invierno,
despertando con un beso susurrado.
Verónica
24.06.13
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