Miraba a lo lejos, sembrando esperanzas,
mecía ilusiones besando sus sueños,
sus débiles palabras buscaban su sello,
moría la tarde, sin prisa, sin ansias.
La noche acechaba, su débil figura
reclamaba su alma, esa sonrisa ida
sus manos cansadas creaban poesía
mientras la luna alumbraba su penumbra
Voces lejanas escuchaba de lejos
traían el mensaje de la mano amiga
y el calor del abrazo que necesita,
una voz silenciosa, la voz del sosiego.
Verónica ©
09.05.13
0 dejaron su eco:
Publicar un comentario