Dolida el alma, con la manos frías
el día se duerme, con la voz muda,
y me devuelve la mirada aguda
con la escarcha, dejando carestías.
La intemperancia no admite falsías
y el viento con su brisa melenuda,
elástica, siembra la testaruda
nostalgia, en las hojas sordas, sombrías.
Resucita el magnánimo mustismo
se percibe un sereno palpitar
y deja el eco indulgente con tu aire.
Afásico canto, sin egoísmo
brota la melodía del besar,
la elegía secreta, con donaire.
Verònica
29.12.10
Hace 9 meses
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